En estos casos se hace imprescindible disponer de una funda de lluvia en condiciones y varias toallitas para poder limpiar el objetivo, que fué uno de mis principales problemas, solamente disponia de una gamuza y con tan mala suerte que se me cayó al suelo en uno de mis intentos por limpiar la lente y una vez empapada la gamuza ya poco podemos hacer. El fuerte viento racheado que cambiaba su dirección sin avisar me mojaba la lente y muchas de las tomas se me hacían imposibles de tomar y después de no mucho tiempo el frío me hizo retirarme, ya que las manos se me congelaban y aunque al principio utilizé guantes, al poco tiempo estaban tan mojados que era peor el remedio que la enfermedad
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